Material que vas a necesitar:
|
¿Qué
vamos a hacer?
Hecha en un recipiente, la sosa
cáustica y añade el agua ¡mucho cuidado!,
no toques en ningún momento con la mano la
sosa cáustica, porque puede quemarte la piel! Al preparar esta disolución observarás
que se desprende calor, este calor es necesario para que se produzca la reacción.
Añade, poco a poco, el aceite
removiendo continuamente, durante al menos una hora. Cuando aparezca una espesa pasta
blanquecina habremos conseguido nuestro objetivo. Si quieres que el jabón salga más
blanco puedes añadir un producto blanqueante, como un chorrito de añil; para que huela
bien se puede añadir alguna esencia (limón, fresa).
Hecha la pasta obtenida en una caja de
madera para que vaya escurriendo el líquido
sobrante. Al cabo de uno o dos días puedes cortarlo en trozos con un cuchillo. Y ya está
listo para usar.
Observa que el jabón que hemos
conseguido es muy suave al tacto, debido a que lleva glicerina que se obtiene como
subproducto de la reacción.
Si quieres más cantidad puedes
utilizar, por ejemplo, las siguientes proporciones: 3 Litros de aceite, 3 litros de
agua, ½ kg de sosa cáustica. :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario